La ciencia detrás de por qué tienes calambres

Los calambres son uno de los efectos secundarios más comunes del ejercicio, pero no tienen por qué arruinar tu entrenamiento.

SALUD

En algún momento de un entrenamiento, probablemente hayas experimentado calambres. Lo más frecuente es que se produzcan en las piernas y los pies, pero también pueden aparecer en los brazos, las manos e incluso los abdominales. Puede que pienses que los calambres son una parte normal del entrenamiento, pero ¿te has parado alguna vez a preguntarte por qué se producen? He aquí un vistazo a la ciencia que hay detrás de los calambres y lo que puedes hacer para prevenirlos.

Calambres por deshidratación

Una de las razones más comunes para sufrir calambres es la deshidratación. Cuando sudas, tu cuerpo no sólo pierde agua, sino también electrolitos como el sodio y el potasio. Estos electrolitos son esenciales para el buen funcionamiento de los músculos, así que cuando se desequilibran, pueden producirse calambres. La próxima vez que hagas ejercicio, asegúrate de beber mucho líquido y reponer los electrolitos comiendo alimentos como plátanos, boniatos y verduras de hoja verde

Fatiga muscular

Otra posible causa de los calambres es la fatiga muscular. Cuando los músculos se trabajan hasta el punto de agotamiento, pueden empezar a sufrir espasmos y contracciones. Esto es especialmente cierto si te esfuerzas más de lo habitual o si te ejercitas con mucho calor. Para evitar que la fatiga muscular provoque calambres, asegúrate de calentar antes del entrenamiento y de enfriar después. Aumentar gradualmente la intensidad de tus entrenamientos también ayudará a que tus músculos se adapten y sean menos propensos a la fatiga

Sobreesfuerzo

En algunos casos, los calambres pueden estar causados por el sobreesfuerzo, es decir, por esforzarse demasiado durante el entrenamiento. Esto puede hacer que se acumule ácido láctico en tus músculos, lo que provoca inflamación y dolor. Si ves que sufres calambres con frecuencia después de los entrenamientos, es una buena idea retroceder un poco y centrarte en ejercicios de menor intensidad. Los jugadores de baloncesto suelen tener este tipo de calambre durante los partidos, por lo que a veces se llama "caballo de charley"

Cómo evitar los calambres al hacer ejercicio

1. Calienta bien: Un buen calentamiento es esencial para prevenir los calambres. Tomarte un tiempo para hacer algo de cardio ligero y estiramientos dinámicos antes de empezar tu entrenamiento principal hará que la sangre fluya y ayudará a preparar tus músculos para el ejercicio que viene.

2. No te excedas: Es importante que te esfuerces cuando hagas ejercicio, pero también es importante que conozcas tus límites. Si intentas hacer demasiado y demasiado rápido, es más probable que acabes con un calambre. Acumula lentamente cualquier ejercicio nuevo o nivel de intensidad, y escucha a tu cuerpo si te dice que te alejes.

3. mantente hidratado: Esto debería ser una obviedad, pero es increíble la cantidad de gente que se olvida de beber suficiente agua durante sus entrenamientos. Estar bien hidratado ayuda a prevenir los calambres, ya que mantiene los músculos sanos y preparados para la acción. Así que asegúrate de beber agua con regularidad, especialmente si sudas mucho.

Por muy molestos que sean, los calambres son una parte completamente normal del entrenamiento. En la mayoría de los casos, están causados por la deshidratación o la fatiga muscular, y ambas cosas pueden evitarse con las precauciones adecuadas. la próxima vez que vayas al gimnasio o salgas a correr, asegúrate de beber mucho líquido y de calentar antes. Y si te encuentras con un calambre a mitad del entrenamiento, intenta masajear o estirar el músculo afectado hasta que el dolor desaparezca.